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sábado, 8 de octubre de 2011

¿Lala qué es el virus de altura?

extraído del libro EL VIRUS DE ALTURA (sobre escritos e ideas de la diputada humanista Laura Rodríguez) 

de Juan Chambeaux S.

¿Lala qué es el virus de altura?


- Lala, ¿qué es el virus de altura?.

Laura Rodríguez: Bueno, el virus de altura es algo que le sucede a mucha gente que está en cargos públicos, en cargos políticos o no políticos. También le pasa a los artistas a veces. El virus de altura es cuando la gente cree que ha llegado a cierto cargo por sus propias cualidades y no porque ha habido aporte de mucha gente. Entonces, en el fondo, lo que empieza a pasar es que se cree la muerte y olvida el trabajo y lo que ha habido detrás para llegar a ese cargo y se olvida de la gente, y al olvidarse comienza a tomar decisiones contra la gente. Eso es lo más lamentable.

“Cuando le sucede eso a los políticos es muy peligroso.

“Es decir, el virus de altura es lo que le pasa a la persona sicológicamente con el poder. y no sólo la sufren aquellos que tienen cargos públicos. Le pasa al que se compra un auto. Te aseguro que se siente con poder sobre los peatones”.

- Tu estás haciendo un libro sobre ese virus

L.R.: Sí, pero todavía no lo he terminado. Ahora estoy trabajando en los síntomas, los antídotos, las vías de contagio.

- Toda una enfermedad ese virus.

L.R.: Toda una enfermad. y los síntomas principales son la falta de humildad para aprender, es decir, creer que uno se las sabe todas. Por ejemplo, es difícil que un ministro o un parlamentario aprenda de la gente.

“También está presente cuando se utiliza a las personas para las propias intenciones, cuando se comienza a cambiar los amigos por otros con más poder y cuando se distancia de la gente, como si estar cerca de ella los pudiera contaminar. Y creo que el único antídoto es recoger la voluntad de todos, aunque suene a slogan. Muchos que están en el poder no se dan cuenta que hay que hacer eso. Pasa que los parlamentarios que son separados están contra la ley de divorcio. Y eso aparte de ser un problema de responsabilidad política, es también esquizofrenia. O sea, uno tiene que empezar a pensar qué le pasa por la cabeza a la persona que cree que lo que hace es bueno para él, pero no para el resto de la sociedad.”

- ¿Se arrepiente de haber dicho hace algunos meses que los parlamentarios sufrían de amnesia porque habían olvidado que fueron elegidos para representar a la gente?

L.R.: Para nada. Cuando dije eso lo mal interpretaron porque no fue una crítica personal, sino al sistema que opera y que genera la amnesia. Lo dije porque la gente que me asesora, que es la gente misma que está con problemas, tiene dificultad para acceder. La inicia¬tiva popular no existe. Se va produciendo un distanciamiento de la gente y tu entorno empieza a ser otro y tus decisiones y valoraciones empiezan a cambiar. Hay cambios que afectan. El tener una oficina determinada, un auto de parlamentario, provoca cambios sicológicos, se quiera o no. Hay que estar muy atento. El no tener que hacer colas, el tener acceso a todo y ser tratado como alguien importante provoca su efecto.

“El solo hecho de que el Congreso esté en Valparaíso aísla a los parlamentarios.

“Estos empiezan a sufrir una suerte de amnesia, se olvidan por qué se está allí, cómo fue que uno llegó a ese cargo. Se produce una transformación personal, se empieza a pensar que se llegó al Congreso sólo por atributos personales; se olvida todo el esfuerzo colectivo y de participación que lo hizo posible. Así, se empieza a tener una mirada hacia la gente de diferenciación, se crean distancias”.

- ¿Y esto está pasando en el Congreso a su juicio?

L.R.: Sí, es lo que yo llamo "El virus de altura", y se va produciendo el distanciamiento sicológico y entonces lo que la gente opina pasa a ser menos importante. Uno se empieza a relacionar con las cúpulas de las organizaciones que son el mínimo de la población y los problemas cotidianos se diluyen y van perdiendo importancia para el ámbito parlamentario".

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Laura Rodríguez fue diputada en el período 90-94 en representación del electorado de las comunas La Reina y Peñalolén de Santiago, y se incorporó tanto a la comisión permanente de Salud –que la llegó a presidir-, como a la comisión mixta de Modernización del Congreso. En el cumplimiento de este mandato parlamentario, destacarían sus proposiciones de modificación a las leyes de ISAPRE´s y de servicio militar obligatorio, y la presentación de los proyectos tanto de beneficios para las trabajadoras de casa particular, como de divorcio vincular que terminaría siendo aprobado recién en marzo del año 2004.


En 1991, nuevos exámenes médicos detectaron que un tumor canceroso había invadido ahora el cerebro de Laura. Fue intervenida nuevamente sin el éxito esperado, aún cuando este desenlace tuvo el mérito de acerar más todavía la voluntad de Laura por luchar hasta el final contra tal adversidad...

Antoja

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